Durante la final del Mundial, cientos de argentinos se reúnen en el bar ‘Ovella Negra’ de Barcelona para apoyar a su selección. Durante más de 90 minutos el bar se convierte en una cancha de fútbol donde celebran y sufren.

Después del pitido final los argentinos se dirigen hacia Arc de Triomf para celebrar la segunda victoria de Argentina en un mundial de fútbol después de 36 años.